INVOLUCRADOS PERUANOS S.A.
(Una apuesta por consolidar una Cultura de Seguros)
VICTOR LUNA VICTORIA BASTANTE
Periodista
La vida en su transcurrir y los nuevos tiempos nos van dejando enseñanzas que influyen en nuestro pensamiento, una de ellas, la aprendí de mi primer gerente. En una ocasión en que me encontraba abstraído en la oficina, un palmoteo en el hombro izquierdo y una estentórea voz concertó mi atención. Era mi gerente, que al verme circunspecto me preguntó ¿Qué le pasa? y esbozando media sonrisa me dijo: “Espero que sus dudas a esta hora de la mañana sean de trabajo, pero le diré, si de algo le sirve, que sí su problema tiene solución, de que se preocupa, y sí no tiene solución, de que se sigue preocupando”. Esta frase me sigue acompañando hasta hoy.
El campo de la Responsabilidad Social recoge eficientemente como eje principal el término “Stakeholders” (los públicos interesados). Así también, el sistema asegurador puede tomar como suyo el término “Involved” (Involucrados: Mercado, Usuarios, Aseguradoras, Sociedad, Colaboradores, Medios de Comunicación, Proveedores), refiriéndose a todos aquellos actores que participan activamente en el proceso cíclico del seguro. Cada “Involucrado”, con mayor o menor participación, debe tener claro su importante y positivo aporte al sistema, todos los días desde cada una de sus actividades, deben de ser conscientes que en cada cosa que hagan, se encuentran transitando en el camino de consolidar una Cultura de Seguros en el Perú, donde todos son necesarios, todos son indispensables. Esta labor, reiteramos, no solo le atañe a algunos, sino a todos los que colaboran en el sector.
“La Cultura de Seguros no debe tomarse como un concepto rígido, etéreo, inamovible, por el contrario, se le debe propiciar como dinámica, ágil, creciente, está más cerca de lo que nos imaginamos. Por eso, no se debe caer en el riesgo de asociarla solamente a un efecto de compra o de consumo”
Las acciones por mejorar la actividad de la industria con nuevos productos, inclusión de mayores coberturas, anexo de mejores cláusulas, transparencia en la información, primas, servicio al cliente, gerencia de riesgos, son parte fundamental que contribuyen en su imagen. En estos últimos años, el sistema asegurador muestra un desarrollo sostenido a la par del crecimiento económico del país, estamos de acuerdo con los que piensan que se puede estar un paso más adelante. Las experiencias exitosas no solo se basan en el crecimiento vegetativo del sector (refiriéndose a personas y empresas que recién demandan o que empiezan a tener una mejor capacidad de gasto), sino mayormente, a la decisión de las empresas de arriesgar no solo a favor de su cuenta de resultados, sino de toda la industria. Es Cierto que el Perú es un mercado con su propia realidad, pero una organizada conjunción de esfuerzos de toda la sociedad, por ejemplo, en el tema de prevención de accidentes de tránsito, puede cohesionarse bajo el lema “Un Accidente menos…Una Vida más”. El sistema asegurador peruano es uno de los más sólidos de la región, por eso consideramos que está en condiciones de ofrecer al mercado mejores productos y servicios:
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Brindando la información necesaria y satisfactoria a sus clientes,
Propiciando condiciones para que más personas protejan a sus familias y sus bienes
Incentivando la competencia donde el beneficiado sea el consumidor,
Buscando la excelencia entre los colaboradores con formación y motivación personal
Protegiendo la experiencia conseguida a lo largo de los años
Asumiendo riesgos e iniciativas que generen un sano crecimiento,
Las nuevas formas de socialización por internet difunden en tiempo record casi todo lo que ocurre y con todos los detalles de nuestro acontecer diario, es por eso, que resulta importante utilizar estos medios para propiciar, impulsar y difundir las ventajas de ser parte de una Cultura de Seguros. En algunas oportunidades, aparecen noticias adversas en los medios o en la opinión pública cuando algo no tan bueno ocurre. Es natural que las personas tiendan a generalizar las cosas y encontrarse así, a merced de un impacto negativo mayor, unas veces injustamente, en otras, indudablemente con la tarea pendiente de mejorar.
Una de las áreas que más satisfacciones de aprendizaje brinda (por el contacto directo con el público), es la de Servicio al Cliente. Una noche, luego de un arduo día de trabajo, recordé lo que un compañero me había contado en cierta ocasión:
“Era un mes de Octubre y una mayor cantidad de aseguradas -dejando traslucir un justificado miedo- se acercaban a su plataforma para pedir la información e iniciar su tratamiento por cáncer. A muchas de ellas atendió diligentemente desde ese primer día, luego coordinó su carta de garantía y después les gestionó las posteriores ampliaciones por los controles que normalmente se tenían que realizar. En medio de exámenes patológicos y diagnósticos, aprendió a identificarse con cada caso, sabía que detrás de los documentos que gestionaba, había un ser humano. Pero uno le llamo especialmente la atención. Se trataba de una doctora, muy joven, a quien le habían detectado en un chequeo preventivo un tumor, madre de dos niños pequeños, había venido de provincia a trabajar en una posta médica del estado en un asentamiento humano de la capital. Luego de una primera operación, subsiguientes quimioterapias y una intervención reconstructiva, la doctora, pudo reencontrarse luego de unos meses con sus dos pequeños y progresivamente reiniciar sus actividades gracias a que el tumor estaba en un estadío inicial, pero más que todo, a su entereza que le ayudo a superar esta terrible enfermedad”.
Al poco tiempo, a mi compañero le otorgaron una beca para seguir una maestría fuera del país. La doctora, predicando con el ejemplo, de seguro que estará informando a sus pacientes lo importante que es prevenir. Sin duda, cualquier aporte que ayude en fomentar nuestra Cultura de Seguros, no será en vano.